Se extiende con el estrépito de sus cristales chasqueantes la escarcha de la literatura nórdica, tan gélida y tan inquietante ella...
Esta novela no es precisamente un fenómeno reciente, pero la saco del congelador y la dispongo para su disfrute principalmente porque la acabo de leer.
Esta novela no es precisamente un fenómeno reciente, pero la saco del congelador y la dispongo para su disfrute principalmente porque la acabo de leer.
Qué de cosas me han gustado de ella:
- La historia que cuenta...
- Los personajes que la habitan...
Eli es el eje de la historia, el misterio, lo oscuro, la tentación y la salvación. A mí personalmente me funcionó más como símbolo que como personaje con el que establecer una identificación. Quiero decir que apenas pude traspasar el halo de enigma que la envolvía, pero fue precisamente ese carácter cuasi-inaccesible lo que la hizo tan poderosa. Es más, cuando el autor se lanza ya hacia el final de la novela a introducir algún fragmento relatado desde el punto de vista de Eli, sentí un amago de decepción. Ya he dicho que como mito me funciona mejor.
Hackan es el perfecto monstruo de pesadilla, entre patético y abominable, la personificación del horror, despojado de todo lo que hacía humano, e impulsado por una obsesión dolorosa y ciega.
Lacke y Virginia son dos personajes secundarios en los que el autor se entretiene para trazarlos con mimo, esenciales para construir un escenario en el que se diluye la frontera entre el bien y el mal, para exponer las motivaciones que empujan a las personas a actuar de determinada manera, y el daño que pueden causar sus actos.
Esta historia está llena de seres humanos, que sienten, sufren, hacen daño, aman e intentan sobrevivir como pueden. Y a los que resulta muy difícil juzgar. Una perspectiva que haríamos bien en incorporar a nuestra praxis con nuestros congéneres.
- El ambiente que recrea...
Si a esto se le añade una envoltura de misterio y lírica frágil y oscura, el paseo que se da el lector se convierte en una experiencia muy hermosa, delicada e intensa.
Asumiré, para poner algo de peso en el otro plato de la balanza, que también detecté ciertos detalles que me chirriaron un poco, en particular concernientes al "secreto" de Eli, como algunas revelaciones excesivamente dramáticas y previsibles, y algún recurso un tanto empalagoso.
Pero, en fin, nada que haya empañado mi deleite al devorar este libro, a dentelladas, triturando papel, haciendo saltar chorros de negra tinta, alimentándome de su esencia...... Srulp...... delicioso.