viernes, 22 de febrero de 2013

"Quiero volver a mi país"

Muy bien. Voy a ser súper cínica, ¿vale?

Allá voy.

Ay, qué gracia. Acabo de ver en la calle, sentadito al lado del semáforo más concurrido por el que paso cada día, a un hombre ejerciendo de mendigo con el siguiente mensaje en el tradicional cartel (tradicional el cartel, no el mensaje): 

"QUIERO VOLVER A MI PAÍS. UNA AYUDA, POR FAVOR."

Me han pasado por la mente estas cuatro cosas:

1. He visualizado al hombre haciendo cola junto con otros compis de oficio, esperando las instrucciones para la labor del día por parte del organizador de su cuadrilla mendicante. Todo muy rollo Dickens.

2. Me he imaginado su cara de sorpresa al recibir el cartel con el que tendría que posar hoy. Y al jefe explicándole: "Verás, es que según el último estudio de mercado, éste es el slogan que lo peta de verdad".

3. Luego, he adivinado el cumplimiento de la profecía marketiniana, el éxito del mensaje. Viandantes muy hechos ya a ignorar las llamadas del tipo "por favor, tengo haaaaambre y quince hijos, ocho de ellos con mutilaciones severas", pero encantados de soltar choja para facturar a inmigrantes de vuelta a su... bueno, fuera de su vista, simplemente. De hecho, es un chiste, ¿no? Me refiero a que creo que he oído ese chiste de un ciego que pide en la calle, y que viene un espontáneo y le planta una cartel que dice "me faltan 10 euros para el billete de vuelta a..." y el ciego va y se forra.

4. Por último, se me ha ocurrido pensar que la estrategia comercial podría perfectamente no ser tal. O sea, que el buen hombre efectivamente podría querer pirarse cuanto antes de aquí. Es que, de hecho, podría perfectamente no ser inmigrante y estar muriéndose de ganas de marcharse rapidito. Joder, podría ser cualquiera de esos viandantes de antes, que en realidad no quieren mandar a gente de vuelta a sus lugares de origen, sino salir del suyo. O del nuestro. De aquí mismo, vamos.

 "Me voy pa'Marte."

7 comentarios:

  1. Me has recordado una mujer que pide por mi barrio, va bien vestida y tiene su casa y tiene dinero (una de sus vecinas es conocida de mi madre); sin embargo, ahy días que se pone en un semáforo y va diciendo que duerme en el albergue y no tiene para comer :S
    Además, una de mis mejores amigas se ha ido a vivir a San Diego y dice que está lleno de mendigos, por el clima, los sacan de las calles frías y los mandan allí :S
    ¿Te imaginas si mandásemos a todos a Canarias?
    En fin, es un tema duro y peliagudo y da miedo, mucho miedo, pensar que uno puede terminar en la calle.
    Un abrazo!

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    1. Y tanto que miedo... Y también me da un poco de asco; quiero decir, que me doy a mí misma bastante asco cuando paso con total indiferencia por delante de personas que sufren. Supongo que por eso me da miedo imaginarme en su situación, porque sé qué clase de sentimientos (o ausencia de los mismos) inspiraría en los demás.

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  2. PD: la foto de Britney bien vale una limosna ;)

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  3. PD2: Nos hemos cruzado en el cyberespacio. Me parece tan lindo que me mandes un abrazo cuando te lo mando yo, sin saberlo, es como si nos lo diéramos muy fuerte ;) jejeje :D

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  4. Pero gusta la sutil referencia a Extremoduro al final de la entrada.

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