lunes, 16 de enero de 2012

Por mi cumple, me he autorregalado:

¡UNO!

Un (re) finde en Madrid para resarcirme de la anterior escapada de diciembre, que me tuvo postrada la mayor parte del tiempo con fiebre (y otras cosillas, más desagradables) en la cama del hostal.

Y también, claro, para poder visitar el Salón del Libro Infantil y Juvenil de Madrid. Bueno, en realidad la clausura del Salón. Pero no importa, porque tuve la suerte de poder ir a la charla de la pedazo de Premio Nacional de Literatura (modalidad LIJ) 2011 y hasta me lancé con una pregunta sobre uno de los temas que tan dulcemente me atormentan: las barreras (in)franqueables entre la LIJ y la "LA"...

¡Y DOS!

A Daniel Pennac. No a él en persona, evidentemente, sino su ensayo "Como una novela". Que encontré trasteando entre la sección de pedagogía de la librería Traficantes de Sueños, así que está claro que fue el destino. Un señor regalo; porque, ostras, mirad:
"Releer no es repetirse, es ofrecer una prueba siempre nueva de un amor infatigable."

"(...) las cosas más hermosas que hemos leído se las debemos casi siempre a un ser querido. Y a un ser querido será el primero a quien hablemos de ellas. Quizás, justamente, porque lo típico del sentimiento, al igual que del deseo de leer, consiste en preferir. Amar, a fin de cuentas, es regalar nuestras preferencias a los que preferimos. Y estos repartos pueblan la invisible ciudadela de nuestra libertad. Estamos habitados por libros y por amigos."

"El problema no está en saber si tengo tiempo de leer o no (tiempo que nadie, además, me dará), sino en si me regalo o no la dicha de ser lector."

"En el fondo, el deber de educar consiste, al enseñar a los niños a leer, al iniciarlos en la Literatura, en darles los medios de juzgar libremente si sienten o no la "necesidad de los libros". Porque si bien se puede admitir perfectamte que un individuo rechace la lectura, es intolerable que sea -o se crea- rechazado por ella."
No es la primera vez que me emociono leyendo ensayo, pero tampoco es lo más habitual. Vaya, que me llega. Me llega y se me queda por dentro muy pegadito y palpitando.

Y ni siquiera he mencionado el demoledor sentido común de su propuesta pedagógica y la genialidad de su decálogo de derechos imprescriptibles del lector (que mira que cuesta asimilar, a pesar de su evidencia).

EDITANDO (el 27 de enero 2012)

Diré que me ha gustado tantísimo que he tenido que retrotraerme en el tiempo (a lo Michael J. Fox) para ampliar un post anterior al que la aportación le va que ni pintada.

Y ya que esto va de editar, aprovecho e incluyo documento gráfico del grande Blake que ilustra como él sabe este decálogo de derechos que comentaba. Lo he encontrado en el blog de Ana Garralón (y la ilusión que me ha hecho).


SÓLO POR DAR ENVIDIA...

... comentaré que el regalo no proveniente de mí misma ha sido un bombazo de la altura de.... tacháaaaaan... ¡¡¡entradas para el musical de Sonrisas y Lágrimas!!!



A few of my favourite things!!! ¡Uno de mis mantras!

No pude evitar estar el resto del finde cantando y adelantando a mi futuro compañero de butaca los momentazos más geniales de la película, que en realidad son todos, con lo que el resumen se convirtió en un monólogo que iba retomando para despiezar con entusiasmo desmedido cada secuencia... Creo que hubo cierto arrepentimiento por parte del "regalador". ¡Jaja! ¡Demasiado tarde!

¡Nos vamos al teatroooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!

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